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Repensar los Enfoques Fundamentales para Reducir las Disparidades de Ingresos y Prevenir Conflictos

Updated: Oct 24, 2023

para la traducción al inglés, haga clic aquí.


escrito por: Nury Alvarado y Mary Wong


29 de Marzo de 2023 ~


I. Contexto y Datos


Vivimos en un hermoso e inmenso planeta lleno de riqueza natural, material y humana. Sin embargo, las personas en extrema pobreza (es decir, personas viviendo con $ 2.15 USD por persona por día), según datos del Banco Mundial, aumentaron en 2020, alcanzando un total global de más de 700 millones. Los efectos de la pandemia de COVID19 y la guerra en Ucrania han exacerbado la pobreza y la desigualdad. Un análisis reciente del Banco Mundial indica que:


"... la pandemia de COVID19 desencadenó un revés histórico, empujando a 70 millones de personas a la pobreza extrema en 2020, el mayor aumento anual en tres décadas. La guerra en Ucrania profundizó la desaceleración económica global, que ahora se encuentra en su mayor declive después de una recuperación posterior a la recesión desde 1970. A este ritmo, casi el 7 por ciento de la población mundial, casi 600 millones de personas, seguirá luchando en la pobreza extrema en 2030".


Además, el Fondo Monetario Internacional afirma que "las desigualdades mundiales son agudas y en general no parecen estar mejorando. Las disparidades hoy en día no son muy diferentes de cómo eran a comienzos del siglo XX, y la pandemia no ha hecho sino agravar la situación". Para ilustrar esto, Oxfam Internacional informa que “la fortuna de los billonarios está creciendo a un ritmo de 2.7 billones de dólares al día, al mismo tiempo que al menos 1.7 billones de trabajadoras y trabajadores viven en países en los que la inflación crece por encima de los salarios”.


Como muestra el siguiente gráfico, el 1 por ciento más rico de la población mundial posee el 38 por ciento de la riqueza mundial, mientras que la mitad más pobre posee solo el 8,5 por ciento.

Preparado por Andrew Stanley, de Finanzas & Desarrollo del FMI, basado en el Informe Mundial sobre la Desigualdad 2022 del World Inequality Lab.

II. Análisis y Reflexión


A pesar del amplio acuerdo entre los países, a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, en realizar esfuerzos sostenidos para "Poner fin a la pobreza en todas sus formas y dimensiones para 2030", es evidente que, 7 años antes de esa fecha límite y de acuerdo con las proyecciones mundiales, este será probablemente un objetivo inalcanzable. Ciertamente, el impacto de la pandemia causó retrocesos y retrasos, pero las tendencias previas a la pandemia ya sugerían que no estaríamos en la capacidad de lograrlo. Esta misma pandemia que, a pesar de las devastadoras consecuencias, nos ha dejado importantes lecciones que aprender, nos ha demostrado que los logros alcanzados pueden revertirse en un instante y que la capacidad de la humanidad como colectivo para responder a los problemas mundiales sigue siendo insuficiente.


Puede ser difícil pensar en un futuro alentador de prosperidad global compartida cuando un pequeño grupo de personas posee la mayor parte de la riqueza del mundo; mientras millones ni siquiera pueden cubrir sus necesidades básicas, mucho menos soñar con tener acceso a una educación de calidad, o están condenados a vivir sin esperanza en ambientes de violencia, conflicto o inseguridad, con prácticamente la única opción de migrar a contextos con mejores condiciones como alternativa para sobrevivir, o para tener algún tipo de esperanza de un futuro mejor. Es bien sabido que los impulsores de la migración irregular a menudo están vinculados a dificultades originadas por la pobreza extrema y la falta de oportunidades. Cada vez es más evidente que el desafío no está relacionado con la escasez o la falta de recursos en el mundo, sino con la forma en que se asignan, sobre la base de nuestros marcos actuales de valores y relaciones.


Aunque para muchos parezca difícil de creer, el mundo ha logrado progresos significativos en la reducción de la pobreza; pero para lograr un progreso aún mayor en un período de tiempo más corto y garantizar la sostenibilidad del mismo, puede ser necesario repensar fundamentalmente nuestros enfoques y actitudes hacia el desarrollo: no solo el "qué" debemos hacer, sino también el "cómo" debemos hacerlo, así como también el "por qué".


III. Recomendaciones


Nuevo marco de pensamiento y acción: Nuestros pensamientos y acciones deben evolucionar y ser coherentes con las necesidades de los tiempos en que vivimos. Tal vez sea hora de detenernos por un momento y pensar en "una reconceptualización completa de las relaciones que sostienen la sociedad", basada en el concepto de la unidad de la humanidad.


"Erradicar la pobreza implica reconstruir el mundo no sólo en términos económicos, sino además en términos culturales y sociales". Esto requiere un esfuerzo global a gran escala para las transformación estructural y social, revisando nuestros marcos de pensamiento y acción a nivel individual, así también como comunidad internacional (en diferentes niveles de gobierno y estructuras: local, nacional e internacional). La participación y el ejemplo de los líderes mundiales es esencial para este trabajo.

Sería útil repensar la verdadera naturaleza del ser humano, como un ser integral en sus diferentes facetas: material, intelectual, moral y espiritual. Del mismo modo, también debemos considerar la naturaleza de nuestras relaciones como un colectivo interdependiente. A partir de esta profunda reflexión, podemos tomar las acciones necesarias para establecer fundamentos sólidos desde las bases para un progreso real y sostenible.


Acción colectiva liderada localmente: Dado que vivimos en un mundo globalizado e interconectado, en el que nos hemos acostumbrado cada vez más a las policrisis, la pandemia de COVID19 nos hizo un llamado de atención: nuestra respuesta a problemas complejos requerirá colaboración y acción colectiva, más allá del individuo y más allá de un solo país/Estado. Pero teniendo esta visión, debemos emprender acciones locales que tomen en consideración sus propias realidades, que sean lideradas por personas locales, y que a la vez puedan ser acompañadas en colaboración y cooperación con otros actores, como, entidades gubernamentales, organizaciones locales o internacionales de la sociedad civil y el sector privado, entre otros.


Debemos seguir promoviendo esfuerzos sobresalientes en el mundo centrando nuestros esfuerzos en la defensa de los derechos humanos y el establecimiento de una verdadera justicia a todos los niveles. Los datos y la evidencia sugieren que los esfuerzos liderados localmente, que son ajustados al contexto local y empoderan a las comunidades, son más sostenibles.


El anuncio del 27 de marzo de 2023 de los planes de 10 años para implementar la Estrategia de los Estados Unidos para Prevenir Conflictos y Promover la Estabilidad, es un indicador de que países como Estados Unidos reconocen este vínculo, al menos para algunos países seleccionados. El anuncio reconoce. además, que "estos planes también representan un compromiso para reformar la manera en que Estados Unidos se relaciona con sus socios; utiliza datos y evidencia para informar el diseño de políticas; e integra la interacción diplomática, de desarrollo y del sector de seguridad". Estos planes sugieren un compromiso más colaborativo y cooperativo. Esta incipiente iniciativa tiene potencial y promete una mayor acción colectiva liderada desde las bases, o, como mínimo, tomando en cuenta insumos desde lo local.


Consulta en un ambiente de diversidad: Necesitamos mejorar los mecanismos de consulta global, con una apreciación consciente de la diversidad, desprendida de intereses particulares, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las personas, especialmente las más vulnerables que viven en la pobreza o la pobreza extrema.


Desarrollar las habilidades necesarias para consultar adecuadamente, desde nuestros espacios privados hasta los más altos niveles del discurso público, teniendo reflexiones francas, respetuosas, desapegadas, desarrolladas en ambientes de alianza y unidad, para tomar las mejores decisiones que beneficien a la mayoría, requiere nuevos enfoques. No estamos sugiriendo que esto sea un ejercicio fácil, ni una tarea a corto plazo, pero el proceso de consulta en sí mismo es un esfuerzo por cambiar el marco de pensamiento de nuestros diferentes ámbitos de idea y de acción, «imbuidos de un sentido de solidaridad global», separándonos de preconceptos y prejuicios.


Como las mujeres a menudo se encuentran entre los segmentos más vulnerables de las sociedades, y al celebrar el Mes de la Historia de la Mujer, vale la pena destacar la importancia de consultar sobre lo que se puede hacer para aumentar la igualdad de género y garantizar que las mujeres estén representadas en las discusiones y la toma de decisiones. Si bien es importante que se escriban reglas y leyes, será igualmente necesario ejecutarlas y hacerlas cumplir a lo largo del flujo de programas, procesos y procedimientos que reflejen diversos puntos de vista, antecedentes y experiencia. La ex primera dama Eleanor Roosevelt (que se muestra en la foto) jugó un papel decisivo en la redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Como primera dama, ya había defendido el alivio de la pobreza, el acceso a la educación y los derechos civiles. Ella vio el vínculo entre el alivio de la pobreza y la prevención de la guerra hace más de 75 años.


IV. Resumen y Conclusión


Hay una necesidad urgente de repensar nuestros enfoques del desarrollo, inspirados por una nueva forma de pensar en las relaciones entre nosotros y con el planeta; guiados por un nuevo marco de pensamiento y acción, potencialmente orientado hacia un nuevo pacto social global, que organice las sociedades para que los recursos del mundo se disfruten de manera más equitativa.


Todos debemos ser parte de un esfuerzo de esta magnitud, pero los líderes mundiales juegan un papel fundamental, ya que por la naturaleza de su servicio están en una posición privilegiada para promover un movimiento de cambio global, capaz de convocar a diversos grupos a unirse en un esfuerzo sin precedentes para cumplir esta importante tarea. Adoptar un nuevo enfoque ahora para sentar las bases de un futuro mejor y un legado que busque cerrar la brecha de equidad de ingresos garantizará un futuro más duradero y transformador para todos.


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